22 de julho de 2010

Educación: queda mucho por hace


Bernardo Kliksberg



Hay consenso en América latina, en todos los sectores, en que la educación es la gran vía hacia el progreso nacional, familiar e individual. Un reciente informe elaborado con toda rigurosidad por CEPAL con el apoyo de todo el sistema ONU sobre el estado del cumplimiento de las metas del milenio en la región, da cuenta sistemática de los logros y problemas al día de hoy en este tema decisivo, que llama con propiedad: “Un derecho y una condición para el desarrollo”.

Bernardo Kliksberg

Entre las tendencias observadas se destacan:

1. La región ha logrado la casi universalización del acceso a educación primaria. Hacia el 2008, el 93% de los niños estaba matriculado en ella.

2. Sin embargo, el objetivo de universalizar la terminación de la escuela primaria estaba más distante. El 89,6% de los niños la finalizaba, y en 5 de los 18 países examinados, entre el 12 y 38% de los alumnos no lograba completarla. Todo indicaba que no se llegaría a la meta del milenio de universalizar la terminación de primaria para el 2015.

3. Sin secundaria completa difícilmente un joven pueda conseguir trabajo hoy en la economía formal. En ella, con progresos significativos en cobertura, la deserción y la repetición eran altas, y la región estaba distante de alcanzar la meta del milenio respectiva, que fijaba que el 75% de los jóvenes completen la secundaria. Sólo el 52,1% la terminaba, y en seis países el porcentaje no superaba el 38 por ciento.

4. En este campo operaban activamente las desigualdades latinoamericanas. Las tasas de finalización eran considerablemente menores en los hogares de ingresos más bajos y menor capital educativo de los padres. Los jóvenes que no terminaban iban a quedar después con muy pocas posibilidades de ser contratados en la economía formal, tendrían que vivir de tareas informales, precarias, con menores ingresos, y protección, y ello iba a profundizar y reproducir las desigualdades.

5. Un nivel de la educación que es actualmente obligado en los países avanzados, el preescolar, que tiene alta incidencia en el desarrollo del niño, y su rendimiento en los niveles posteriores tenía limitada cobertura en la región, 58%, con una serie de países por debajo del 30%.

6. Los docentes, el recurso clave de una educación de calidad, tenían bajas remuneraciones y escaso reconocimiento. Cabe anotar que en países como Canadá encabezan las tablas de credibilidad por parte de la opinión pública.

7. Era reducido el nivel de aprovechamiento de las tecnologías de la información y de las comunicaciones. Su aplicación podría ayudar a reducir la estratégica brecha digital, que es considerable entre América latina y el Caribe y las economías avanzadas y al interior de los países de la región. En la región había en el 2007, 25,7 usuarios de Internet cada 100 habitantes, fuertemente concentrados en los sectores medios y altos. En los países desarrollados eran más del doble: 63,5.

8. Había déficits de vinculación de la educación secundaria y postsecundaria con el mercado laboral.
A ello se pueden sumar diversos temas como, entre otros, los atrasos en la enseñanza en ciencias y tecnología en la escuela básica, después expresados en las mediciones comparativas internacionales como la prueba de PISA, la debilidad en la formación en dimensiones éticas, las carencias de infraestructura y recursos para el aprendizaje mínimamente adecuados en la educación pública.

Queda mucho por hacer, como bien resalta el informe para que el derecho a la educación sea una realidad asequible para amplios grupos de niños y jóvenes. Sin él serán marginales en un siglo XXI basado en ella.

* La más reciente obra del autor "Difícil ser joven en América Latina" (comp. Sudamericana/Random House, 2010)

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