25 de maio de 2011

Argentina-Brasil: cómo ser actores globales





INFOBAE

25-05-11 | OPINION


Por Jorge Werthein


Jorge Werthein es Doctor en Educación por la Universidad de Stanford. Fue director de la UNESCO en Brasil y presidente de Sangari Argentina

Pasadas ya algunas décadas desde su redemocratización, países latinoamericanos como Argentina y Brasil, por mencionar dos ejemplos, presentan importantes adelantos políticos, económicos y sociales, a pesar de los numerosos desafíos que todavía les quedan por resolver. Son países que buscan insertarse no sólo en el mercado internacional, sino también en las principales arenas políticas globales. Anhelan ser global players y están teniendo cierto éxito en ello.

Mediante este esfuerzo, los gobiernos argentino y brasileño han demostrado reconocer la relevancia de sectores estratégicos como la Educación, la Ciencia y la Tecnología. Saben que sin inversión en esas áreas, todo el progreso hasta hoy obtenido podría perderse en un futuro. Buscan alcanzar el denominado desarrollo sustentable. El primer desafío para ambos países, sobre todo Brasil, es ofrecerle a sus poblaciones una educación de alta calidad. Los órganos ejecutivos encargados de ese sector muestran tener plena conciencia del problema. Una vez alcanzada la meta de mantener a la mayoría de sus niños en la escuela, se busca, ahora, además de sostener esa conquista, encontrar soluciones adecuadas para una enseñanza compatible tanto con las exigencias planetarias de la actualidad como con las necesidades específicas de las naciones latinoamericanas.

Hay desafíos concretos e inmediatos, como erradicar el analfabetismo al menor plazo posible y ofrecerles a los estudiantes que egresen de las escuelas mucho más que un diploma de Enseñanza Básica. Se espera que lleguen a tener suficientes conocimientos como para ingresar con certeza en el mercado de trabajo. A fin de cuentas, se sabe que, en América Latina en general, los índices de analfabetismo funcional permanecen en niveles preocupantes, lo que refrenda el hecho de que frecuentar la escuela y terminar 10 años de estudios puede no ser suficiente para asegurar un empleo decente y duradero.

 El Brasil de hoy, si bien orgulloso de su crecimiento económico, ha debido enfrentar una dificultad peculiar: la falta de mano de obra calificada. La insuficiente inversión en Educación durante el pasado está cobrando ahora su factura. No es casual, por lo tanto, que el país democrático y bastante menos pobre de hoy se preocupe por no repetir el error. El Ministerio de Educación brasileño, por ejemplo, anunció recientemente su plan de acción para elevar el nivel de la educación primaria y media y valorizar el magisterio.

La iniciativa se alinea con el discurso de asunción de su cargo de la presidente de la República, Dilma Rousseff, según el cual hay que mejorar la calidad de la Educación Básica y aumentar las vacantes de Enseñanza infantil y media. A su vez, el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha explicitado también su intención de impulsar todavía más el área educativa, la cual entiende como estratégica para un crecimiento sostenido. En su discurso de asunción de cargo el ministro Aloísio Mercadante fue claro: "Todo empieza en el aula. Todo empieza en la formación y en la motivación de nuestros cerebros."

En la Argentina, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva garantiza que, más allá de los gobiernos, la ciencia y la tecnología son políticas públicas necesarias. El Ministerio de Educación, por su parte, viene apostando sostenidamente por programas de mejora de la enseñanza de la ciencia en todo el nivel educativo. En uno de sus últimos discursos, la presidenta Cristina Fernández subrayó que más allá de los colores políticos y los funcionarios, la ciencia, la tecnología y la educación deben ser políticas de Estado. Justamente, este triángulo virtuoso que conforman ciencia, tecnología y educación constituye la llave para el desarrollo genuino.

Los gobiernos argentino y brasileño, así como sus respectivas sociedades, hoy son concientes de la importancia de una educación de calidad para todos, especialmente en lo que atañe a la Ciencia y la Tecnología. La consideran de máxima prioridad. Si bien no hay todavía un acuerdo en cuanto a la mejor forma de alcanzar ese objetivo, hay indudable consenso sobre su necesidad. El debate está abierto, lo que no impide que las autoridades sigan avanzando, ejecutando acciones que favorezcan la inclusión de millones de personas en el mercado nacional e internacional y, en consecuencia, impulsen a sus países a un andarivel superior, digno de los más competitivos.

Nenhum comentário:

Postar um comentário