20 de abril de 2012

escuelas de bajo desempeño: Chile



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El Mercurio
25% de escuelas de bajo desempeño no tiene alternativas de calidad.

Alejandra Muñoz C.

Desde 2008, con la ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP) y luego con la de Aseguramiento de la Calidad de la Educación, el Estado tiene la posibilidad de cerrar los colegios que reiteradamente tengan malos resultados académicos.

Aunque la norma nunca se ha aplicado, un equipo de investigadores de la U. Diego Portales -integrado por Gregory Elacqua, Humberto Santos, Matías Martínez y Daniela Urbina - quiso averiguar cómo afectaría una medida de este tipo al sistema escolar.

Tomaron a todas las escuelas básicas y utilizaron la metodología de clasificación de escuelas de la SEP para determinar cuántas estarían en la categoría "en recuperación"; es decir, las de más bajos resultados.

A partir de ese análisis, detectaron 396 establecimientos en esta condición. De ellos, 24,75% no tenía ninguna escuela de mejor calidad (o "emergente"), que no sea selectiva, en el radio de un kilómetro. El 23,48%, en tanto, tiene un solo colegio mejor.

Calidad relativa

Como la clasificación de las escuelas depende, principalmente, de los resultados obtenidos en la prueba Simce, un establecimiento puede tener pocos puntos más y ser ubicada en el nivel "emergente", aunque en términos de calidad sea muy similar a las escuelas "en recuperación".

"Un conjunto importante de las alternativas no representa opciones de mejor calidad, y cuando lo son, no están disponibles porque establecen barreras de entrada a los padres", explicó el director del Centro de Políticas Públicas de la U. Diego Portales, Gregory Elaqcua.

Entre las barreras de entrada están el cobro de financiamiento compartido (mensualidad) o la realización de pruebas de selección escritas, aunque la ley las prohíbe hasta sexto básico.

Al tema de la calidad real de las alternativas se suma el de las vacantes. Según las simulaciones hechas por los investigadores de la UDP, en las escuelas "en recuperación", que tienen a lo menos un establecimiento alternativo, estudian poco más de 90 mil alumnos. Sin embargo, los colegios que se pueden considerar como alternativas podrían acoger sólo a 30 mil.

Para Elaqcua, estos antecedentes muestran que cerrar establecimientos no será fácil. "Antes de decidir si cerrar una escuela de bajo desempeño se deberá realizar un análisis completo de las opciones disponibles para los padres. Dicho análisis debe incorporar la disponibilidad de alternativas de mejor calidad, las barreras de entrada que colocan las escuelas y la infraestructura potencial disponible", explicó.

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Cartas
Domingo 01 de Abril de 2012
Cierre de colegios


Señor Director:

Valioso su reportaje al oportuno estudio de la UDP sobre opciones ante posibles cierres de establecimientos escolares de bajo desempeño. Pero su enfoque insinúa que es muy difícil llegar a hacerlo. También podría haberse titulado: “75% de escuelas sí tiene alternativas de calidad”. La alternativa de dejar a esos estudiantes postergados es mucho peor. Conocer las dificultades no debe impedir actuar, sino planificarse para hacerlo bien. El ministerio ya debería tener una unidad especializada, presupuesto y un programa para realizar reasignaciones con cuidado y con tiempo. Y recordar que el tema es mucho más urgente en regiones y en escuelas rurales, donde hay muy pocos estudiantes en establecimientos muy caros y de bajo desempeño y perspectivas.

Ernesto Tironi

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Cartas
Jueves 05 de Abril de 2012
Cierre de colegios


Señor Director:

Respecto del reportaje sobre el estudio UDP de alternativas escolares ante posibles cierres de establecimientos escolares de bajo desempeño, Ernesto Tironi en carta publicada el domingo sugiere un título mucho más optimista: "75% de las escuelas sí tiene alternativas de calidad". Lamentablemente, dicha afirmación no considera dos dificultades prácticas fundamentales abordadas en nuestra investigación.

En primer lugar, muchas escuelas, cercanas a las de bajo desempeño, que tienen una mejor clasificación de calidad según la Ley de Subvención Preferencial, no cuentan con las vacantes suficientes para absorber la cantidad de estudiantes que quedarían sin escuela si se concreta el cierre. De hecho, existen barrios donde existe una alta concentración de escuelas de bajo desempeño que deberían competir por una cantidad limitada de vacantes. En segundo lugar, el que exista una escuela alternativa de mejor clasificación de calidad según la Ley de Subvención Preferencial no quiere decir que ésta ofrezca un servicio educativo sustancialmente mejor. Al considerar una definición de calidad relacionada a los niveles de aprendizaje de los estudiantes, sólo una de cada 10 escuelas alternativas tiene una calidad mayor a las escuelas de bajo desempeño y son accesibles para los padres.

Gregory Elacqua
Humberto Santos
Matías Martínez
Daniela Urbina
Equipo investigador Instituto de Políticas Públicas
Facultad de Economía y Empresa UDP

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Cartas
Viernes 13 de Abril de 2012
Cierre y ampliación de escuelas


Señor Director:

Sobre la respuesta de los investigadores de la UDP (jueves 5 de abril) a mi comentario de que el cierre de escuelas de bajo desempeño es posible y necesario con el debido cuidado y programación, ellos replican que, primero, no considero que las mejores escuelas cercanas no tienen vacantes disponibles. Lo dudo, en el caso de que las mejores escuelas cercanas sean municipales. Ellas están con alta capacidad ociosa por pérdida de matrículas, según lo señalan los propios alcaldes. Entonces, los cierres son una oportunidad para ellas de recuperar matrícula. En el caso de que las escuelas cercanas sean particulares subvencionadas, es cosa de que el sostenedor tenga seis meses antes la información de que un establecimiento cercano se debe cerrar, para que se las arregle y hacer las ampliaciones necesarias para aumentar su matrícula.

Ese es el ámbito en el que sí opera eficientemente el mercado, así como no opera bien el Estado, y como tampoco opera bien el mercado en otros ámbitos, como es la provisión de información relevante. En casos en que las mejores escuelas privadas estén más lejanas, es muy probable que los sostenedores privados les pongan transporte escolar gratuito a los estudiantes de las escuelas que se cierren. Aunque las escuelas municipales han sido aún más activas para retener matrícula usando ese método.

La segunda crítica que hacen a mi observación es que, según otra medición (como es el aprendizaje de los estudiantes), menos escuelas accesibles (el 10%) tienen mayor calidad. Me extraña la insistencia en el fatalismo o resignación. Basta que se anuncie y se practique el cierre de pocas escuelas deficientes para que muy seguramente ellas y todas las cercanas empiecen a mejorar rápidamente. Por eso es tan valiosa la medida anunciada esta semana por el ministro Beyer del cierre de las primeras 37 escuelas por el ministerio. Lo sorprendente es que no se haya cerrado ninguna municipal. Al leer ahora el informe completo de la UDP, observo que de las 396 escuelas de bajo desempeño estudiadas por ellos, la mayoría (74%) son municipales. Me preocupa por eso que no se haya incluido ninguna escuela municipal en el cierre de las primeras 37. Más me preocuparía que se haya hecho así por presiones de algunos alcaldes con el argumento de que no hay mejores escuelas cercanas, apoyándose en este estudio de la UDP.

El cierre planificado de escuelas deficientes es una de las maneras de mejorar la educación pública. Es de esperar que no se renuncie a este medio.

ERNESTO TIRONI

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Cartas
Viernes 20 de Abril de 2012
Cierre de colegios


Señor Director:

En respuesta a la carta del señor Ernesto Tironi (13 de abril), queremos hacer algunas aclaraciones que creemos relevantes para entender adecuadamente el debate sobre el cierre de escuelas en Chile.

Primero, es importante separar dos tipos de sanciones que tienen objetivos distintos. Los 37 establecimientos a los que el Mineduc revocó el reconocimiento oficial fueron sancionados por detectarse graves irregularidades en su funcionamiento. A diferencia de lo anterior, el tipo de cierre que analizamos en nuestro estudio está vinculado al desempeño académico de las escuelas. La discusión sobre este tipo de sanciones es mucho más compleja, considerando que los resultados de un estudiante dependen de una serie de factores fuera del control de la escuela.

En segundo lugar, el señor Tironi asegura que “el cierre planificado de escuelas es una de las maneras de mejorar la educación pública”. Sería muy interesante conocer los argumentos que hay detrás de esta aseveración.

En tercer lugar, si bien es cierto que no tenemos dudas de que existirán establecimientos privados dispuestos a aceptar estudiantes provenientes de escuelas de bajo desempeño, también tenemos certeza de que actualmente muchos otros establecen barreras de entrada a las familias. Según datos de la prueba Simce 2009 de cuarto básico, casi el 70% de las escuelas particulares subvencionadas obligan a los estudiantes a rendir una prueba de ingreso durante el proceso de postulación.

Finalmente nos gustaría aclarar que sólo a contar de este año existirán efectivamente escuelas clasificadas como de bajo desempeño según SEP, lo que explica que aún no existan escuelas municipales cerradas. El señor Tironi supone que esto puede estar explicado por la presión de los alcaldes, afirmación que carece de fundamento. Estas escuelas tendrán cuatro años para mejorar su clasificación, exponiéndose, de lo contrario, a perder el reconocimiento oficial. Actualmente el Instituto de Políticas Públicas de la UDP se encuentra realizando un estudio para aportar evidencia empírica sobre el efecto de la amenaza de cierre sobre las prácticas de este grupo de escuelas. Esperamos que los resultados de esta investigación sean una contribución relevante al debate sobre el cierre de escuelas en Chile.

Gregory Elacqua
Matías Martínez
Humberto Santos
Daniela Urbina
Investigadores, Instituto de Políticas Públicas
Facultad de Economía y Empresa UDP

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