20 de abril de 2012

¿Internet: 1; Escuela: 0?


 / Daniel Cassany y Denise Hernández

Revista de Investigación Educativa 14. enero-junio, 2012
Introducción
Conocimos a Mei –que es un apodo o nick– en Barcelona en 2008, cuando tenía 19 años y buscábamos jóvenes que pasaran tiempo en Internet todos los días. Era webmaster de un foro denominado Neolite, en donde 12 jóvenes escribían, leían y comentaban “historias” y poesías. Allí había escrito narraciones fantásticas de más de 25 capítulos, que sus compañeros valoraban positivamente. También llevaba un fotolog personal y un diario íntimo en papel, además de chatear con las amigas y navegar por las páginas de su interés. Cada día dedicaba mucho tiempo a leer y escribir en la red.
En el Instituto de Educación Secundaria (IES a partir de ahora) del área metropolitana de Barcelona donde cursaba el Bachillerato (BAC a partir de ahora), las cosas no le iban tan bien. En el segundo curso reprobó Latín, Filosofía e Historia del Arte, y no pudo ir a la universidad, como hubiera querido y como hicieron sus amigas. Más adelante repitió dos veces este curso en el turno nocturno, pero tampoco lo pudo aprobar porque reprobó otras asignaturas, como Lengua Catalana o Castellana. Los profesores dicen que es una “alumna con dificultades”, una lectora débil (o lo que en inglés se denominaría struggling reader, una lectora que tiene que esforzarse, que “lucha” para leer).
Aceptó participar en nuestra investigación, nos dejó entrar a los fotologs y a Neolite, nos facilitó los materiales que conservaba de la asignatura de Latín y se prestó a ser entrevistada a medida que analizábamos este material. Los datos que siguen se basan en las cuatro primeras entrevistas hechas durante 2008 y 2009; puesto que las entrevistas se realizaron en catalán, transcribiremos sus palabras en esta lengua, acompañadas de su traducción. Su experiencia se vincula con otras investigaciones sobre las “prácticas letradas vernáculas” (lo que leemos y escribimos en nuestra vida privada y ociosa, sin prescripciones) realizadas desde la corriente de los Nuevos Estudios de Literacidad (veáse Zavala, Niño-Murcia & Ames, 2004 y Zavala, 2009). También la podemos relacionar con investigaciones sobre el aprendizaje de algunas operaciones matemáticas.
El caso de Mei
Al margen de un problema de acoso en 4º de Educación General Básica, que la obligó a cambiar de escuela, a Mei le fue bien hasta el Bachillerato: aprobó 1º con el apoyo de las clases particulares que le daba una compañera, y en 2º suspendió las tres asignaturas citadas. Repitió curso el siguiente año, pero le tocó una clase diferente, donde no se sintió a gusto –“li feien el buit” (literalmente: “le hacían el vacío” o la dejaban sola)– por lo cual, abandonó la escuela y se puso a trabajar. También terminó su relación con un chico y tuvo diferencias con sus compañeros.
Mei justifica este fracaso porque no le gustaba mucho “estudiar” y por “la manera de explicar” de los “ profesores”: “normalment em quedava tot al cap” (“me quedaba todo en la cabeza”), pero en el BAC “no em quedava res, perquè eren massa matèries i en massa poc temps, i tot el que hem de fer al Batxillerat en dos anys és una passada (“no se me quedaba nada, porque eran demasiadas materias y en demasiado poco tiempo, y todo lo que tenemos que hacer en el Bachillerato en dos años es una pasada”). También califica las asignaturas suspendidas (como Filosofía) como muy “densas” y sin interés, a pesar de que a ella le gusta “taladrar-se” (literalmente: taladrarse, o sea, “comerse el coco” o reflexionar sobre sus vivencias).
A pesar de que tuvo computadora en casa desde los 12 años no se aficionó hasta que tuvo acceso a la red, en 1º de BAC. Le gusta la música (es fanática del grupo musical Tokio Hotel), el skating, el anime, las historias de vampiros y el gyaru (tribu juvenil japonesa). También consulta webs y participa en foros digitales sobre estos temas. Cuando estudiaba solía pasar tres o cuatro horas al día frente a la pantalla haciendo multitareas: participar en foros, contestar emails, chatear en el Messenger o actualizar los fotologs; pero cuando se puso a trabajar sólo tenía una hora para atender correos y los fotologs, y tuvo que prescindir del chat. Tiene tres nicks (nombres en la red), que provienen de diversas épocas de su vida y que están vinculados con sus intereses culturales.
20 de abril de 2012

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