17 de agosto de 2012

Banalización de la guerra


EL ACENTO


Once Premios Nobel de la Paz denuncian un 'reality show' de pruebas que emulan un conflicto armado


Glorificar la guerra o rendir homenaje al Ejército utilizando los recursos de la televisión? Ese es el debate que ha provocado en Estados Unidos un nuevo reality show, que emite la cadena NBC, y en el que han terciado —criticándolo— nueve Premios Nobel de la Paz, entre los que figuran Rigoberta Menchú, Desmond Tutu, Adolfo Pérez Esquivel y Óscar Arias. Stars earn stripes [Las estrellas ganan galones] reunirá durante varias semanas a ocho concursantes —cinco hombres y tres mujeres, entre los que están la hija del boxeador Muhammad Ali y el marido de Sarah Palin— para que, con el apoyo de otros tantos marines o miembros de otros cuerpos de las fuerzas armadas, realicen diferentes pruebas a las que se someten las unidades especiales estadounidenses que han de intervenir en un conflicto armado: salir huyendo bajo un alambre de pinos, descender en helicóptero, disparar y accionar explosivos, conseguir esquivar las bombas.
El conductor del programa es Wesley Clark, general retirado y excomandante de la OTAN en Europa, y la competición se plantea como un concurso: los mejores irán ganando dinero y el premio final, de 81.000 euros, se destinará a una ONG.
Hace no mucho salieron a la luz una serie de grabaciones que se realizaron en secreto de las conversaciones que sostenían los prisioneros del Ejercito alemán recluidos en campos británicos y estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a ellas se supo que muchos aviadores que participaron en bombardeos indiscriminados sobre la población civil, tras sus recelos iniciales y su miedo y su repugnancia a ejecutar las órdenes recibidas, terminaban por retarse entre sí para ver quién de ellos tenía mayor destreza técnica para aniquilar a un mayor número de enemigos. Un horror más entre tanto horror.
Los defensores del programa dicen que es una manera de mostrar la dureza a la que se ven sometidos quienes se sacrifican —“por todos nosotros” (Clark)— en misiones arriesgadas, y hacerlo de una manera interesante y divertida. Los Premios Nobel, entre otros, entienden que desensibiliza a las personas ante la brutalidad de la guerra. Tienen razón. No es un evento deportivo: el sino de la guerra es la destrucción

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