14 de outubro de 2012

Educación en América Latina reprueba en su calidad


Multitudinarias marchas de estudiantes en Chile, protestas de maestros en Colombia y Guatemala, colegios ocupados en Argentina... el reclamo por una mejor educación se siente en toda América Latina, que pese a los avances en cobertura reprueba aún en calidad.
Con el 95 por ciento de los niños asistiendo a la educación primaria, América Latina registra el mayor avance mundial en cuanto a cobertura, pero no se repite lo mismo en los niveles superiores y la región está muy lejos de alcanzar las metas sobre calidad.
Ni siquiera los mejores colegios de la región alcanzan los niveles medios de los países desarrollados y ninguna universidad latinoamericana figura entre las 100 mejores del planeta.
"En la última década, los avances en cobertura han sido bastante importantes a nivel de enseñanza primaria, donde el nivel de cobertura promedio es bastante alto", dijo Daniela Trucco, Oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal).
Avanzar en ese 5 por ciento que aún no asiste a la escuela primaria "es muy difícil, probablemente no vamos a llegar al 100 por ciento, pero hay una cobertura en enseñanza primaria que es bastante amplia para todos los niveles socioeconómicos y en hombres y mujeres", agregó la experta.No obstante, en América Latina 6,5 millones de niños en edad de asistir a la escuela no lo hacen y 36 millones de adultos son analfabetos, según los datos más recientes de la Unesco, que este martes presentará un nuevo reporte.
Los excluidos pertenecen fundamentalmente a población rural pobre, en su mayoría indígenas y afrodescendientes de los países menos desarrollados de la región, principalmente de Centroamérica, con la excepción de Costa Rica, uno de los países que más recursos destina a la educación (7 por ciento de su PIB).
"En Guatemala no hay un interés país para impulsar y mejorar la educación y la salud", dijo la analista y activista humanitaria, Claudia Samayoa, sobre un país que destina cerca del 3 por ciento de su PIB a educación y donde el 20 por ciento de su población es analfabeta.En similar posición están países como Nicaragua y Honduras.
En esta última nación, profesores denuncian un intento cada vez mayor por privatizar la enseñanza: "Se está obligando a algunos padres de familia a pagar hasta la electricidad de algunas escuelas y es el maestro el que está obligado a conseguir los textos", dijo Jaime Rodríguez, expresidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras.
El panorama empeora en la enseñanza secundaria en América Latina: "la tasa de matrícula a nivel secundario está alrededor de 75 por ciento y 78 por ciento, pero una cosa es que entren a la secundaria y otra cosa distinta es que la terminen", dice Daniela Trucco.
Hay también aquí un gran nivel de desigualdad. "Mientras en el quintil más alto, cerca de 80 por ciento termina la secundaria, en el quintil más bajo estamos hablando del 25 por ciento. Es una diferencia abismal, aquí la desigualdad se refleja de manera mucho más abrupta", agrega la experta.
La diferencia es crucial para las expectativas de ingreso. "La Cepal ha venido diciendo hace muchos años que el nivel de secundaria viene a ser el umbral base para permitir que una persona tenga mayor probabilidad de no vivir en la pobreza", dice Trucco.
En este sentido, Uruguay, un país considerado de ingreso medio, destaca por tener uno de los peores índices de egreso de secundaria: un 35,4 por ciento de los jóvenes entre 12 y 29 años abandonó sus estudios de educación media, la mayoría por "desinterés", según datos oficiales.
El abismo, no obstante, se abre en materia de calidad. "La región, comparada con los países desarrollados está bastante atrasada en materia de calidad", dice la experta de la Cepal.
En ausencia de una medición estandarizada que abarque a toda la región, el dato más cercano sobre calidad viene del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe Pisa (por su sigla en inglés) de la Ocde.
En la última medición de 2009, todos los países de América Latina se ubicaron en la parte inferior de la tabla. El mejor evaluado, Chile, se ocupó el lugar 44 dentro de un universo de 65 países, superando a Uruguay (47), México (48), Colombia (52), Brasil (53), Argentina (58) y Perú (63).
Ninguna de las universidades latinoamericanas figura entre las 100 mejores del planeta, según el último reporte de la consultora en educación Quacquarelli Symonds, basado en la reputación de sus profesores, número de estudiantes extranjeros y su capacidad para generar empleo, entre otros puntos.
La mejor evaluada es la Universidad de Sao Paulo, que figura en el lugar 139, seguida de la Universidad Autónoma de México (146) y la Universidad Católica de Chile (195).

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