27 de novembro de 2012

Informática en el aula: revés inesperado de los "nativos digitales"


Los docentes están desconcertados por el bajo rendimiento en la materia; faltan objetivos claros en el plan de estudios

Por Silvina Premat  | LA NACION, 27/11/2012


La facilidad con la que los adolescentes aprenden a usar las nuevas tecnologías en sus servicios básicos como telefonía móvil y redes sociales no los habilita automáticamente para comprender la lógica con la que funcionan los programas de las computadoras.
Con distintas perspectivas, investigadores y docentes coinciden en que es necesario que los alumnos, aun cuando sepan maniobrar la computadora, conozcan la estructura lógica con la que funciona. De esa forma, cuando vayan cambiando las aplicaciones -los programas-, ellos no quedarán fuera de juego.
En la era de los nativos digitales, como se llama a los jóvenes que nacieron rodeados de monitores, muchos tienen dificultades para aprobar la materia que en algunas escuelas sigue llamándose Computación y en otras se da como Nuevas Tecnologías, en talleres extracurriculares o no existe.
De ahí que el concepto mismo de nativo digital "esté en discusión", según dijo a LA NACION Graciela Caldeiro, del Proyecto de Educación y Nuevas Tecnologías (PENT) de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Ese concepto "supone que, por una cuestión generacional, los jóvenes tienen afinidad y facilidad intuitiva o natural para manejar tecnología y ya saben todo" lo vinculado con la PC. "Hay chicos que tienen muchas dificultades para usar las computadoras y hay que tener en cuenta las diferentes realidades, los diferentes contextos sociales y económicos", dijo Caldeiro, que, además, es docente en el Instituto de Estudios Superiores Juan B. Justo, del gobierno porteño.
"Me cuesta porque estoy acostumbrada a usar las redes sociales y cosas básicas como el Power Point, pero cuando aparece algo difícil yo, como otros compañeros, lo dejo porque creo que no voy a poder entenderlo", dijo a LA NACION Belén Petrizo, de 15 años. Si bien usa computadoras desde que tenía cinco años y su profesora de Informática es también su mamá, Belén se lleva esa materia a diciembre.
"Empezamos a notar este tipo de dificultades hace cuatro o cinco años, cuando empezó la Web 2.0 y los conocimientos colaborativos a partir de los cuales los chicos se acostumbraron a buscar todo lo que pide cualquier docente en sitios como Wikipedia", dijo Viviana Bernárdez, madre de Belén y profesora de Informática desde hace 22 años.
"No tenemos dos colegios con un mismo programa de Informática", dijo Soledad Corrales, ingeniera y coordinadora general del programa Digital Junior de la Facultad Regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), que asiste a 300 escuelas secundarias de todo el país con capacitación a los profesores, material de estudio y la certificación del aprendizaje de los alumnos.
Existen contenidos mínimos comunes, pero en los hechos cada colegio define el programa porque no hay uno oficial u obligatorio para esta materia, que en algunos colegios no existe. Es el caso del colegio Godspell, de Del Viso. "No tenemos una materia para enseñar informática porque la consideramos una herramienta que debe estar integrada en el sistema educativo; todos los profesores en mayor o menor medida deben ir lentamente entrando en la informática", dijo una de las autoridades de ese establecimiento. "Los chicos tienen dificultades, pero las subsanan rápidamente", admitió.
"No hay criterio unánime. En general, las escuelas se manejan con cierta flexibilidad, porque una cosa es el nombre de la materia y otra, los contenidos", dijo Caldeiro.
La directora general de Planeamiento Educativo de la Ciudad de Buenos Aires, Mercedes Miguel, dijo que "la ciudad no tiene un diseño curricular para el nivel medio y hay planes de estudio en algunos colegios que conservan una mirada muy vieja de las nuevas tecnologías". Asoció "la dificultad que pueden tener los alumnos con la falta de motivación porque se les enseña informática de manera obsoleta y aburrida".
Miguel señaló que desde el ministerio porteño se está alentando un cambio en el paradigma de la informática y la computación en educación general básica. "Hoy debería repensarse como educación digital, es decir, a través de diversas prácticas asociadas con la cultura digital que, por supuesto, requieren determinadas tecnologías", afirmó.
Corrales sintetizó: "Lo más frecuente son los problemas para interpretar el modelo conceptual, porque se requiere pensamiento abstracto en el que no tienen entrenamiento previo". Y agregó: "Venimos de años de dejar de lado la programación, y esto es lo que se debe acercar a los chicos".

DISTINTAS VOCES

Docentes, investigadores y alumnos dan su testimonio
  • "No hay un criterio unánime. Cada escuela decide los programas y contenidos"
    Graciela Caldeiro
    Investigadora de Flacso
  • "Me cuesta porque estoy acostumbrada a usar redes sociales y otras cosas básicas"
    Belén Petrizo
    Alumna de segundo año
  • "Venimos de años de dejar de lado la programación; es a eso a lo que se debe orientar a los adolescentes"
    Soledad Corrales
    Programa Digital Junior, UTN
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Del editor: qué significa. 
Aunque parece un juego, usar eficientemente la computadora requiere un esfuerzo para el que los chicos con frecuencia no están preparados.


Enseñar a usar una herramienta infinita





Uno de los grandes obstáculos en la enseñanza de la informática está en que subestimamos la dimensión del campo que abarca esta trillada palabra. Casi cualquier profesor lo admitirá: la enseñanza de esta disciplina debería ser transversal y el problema es que esta transversalidad es tan honda que provoca vértigo.
¿Qué es informática? ¿El viejo y nunca bien ponderado Logo? ¿Es Word o Excel o ambos? ¿Y PowerPoint? Un momento, ¿y qué hacemos con Internet? ¿Y el correo electrónico? ¿Servirá enseñarles Facebook o, como suele ocurrir, los primeros graduados saldrán al mundo cuando Facebook ya sea historia? ¿Y la seguridad informática? No hemos mencionado los celulares, smartphones y tablets. Y hay más.
No sólo la informática engloba un vastísimo, casi inabarcable campo de conocimientos, sino que, además, estos saberes se vuelven obsoletos antes de que la tinta se seque en los manuales. Además, el mejor salario docente no alcanzaría para que el educador pudiera vivir en primera persona y de forma cotidiana la experiencia digital.
El que los chicos reprueben informática suena, además, a contradicción. ¿No era que ellos sabían más de esto que nosotros? No exactamente. Tienen, sí, un enfoque diferente. Son pragmáticos. Observan el nuevo celular y rápidamente identifican las funciones relevantes (relevantes para ellos). Cercenan el nudo gordiano de la transversalidad con la astucia de Alejandro Magno. Entre tanto, nosotros vamos por la página 3 del manual. Los chicos quieren usar; nosotros pretendemos aprender antes de usar.
Quizá debamos buscar un terreno común. Busquemos, pues, aquello que ha sido común a todos los dispositivos informáticos desde que, en 1946, se puso en marcha la más célebre de las primeras computadoras, Eniac.
¿Qué es lo que, en esta exhalación por el progreso, no ha variado? Una sola cosa: que todas las computadoras, desde los colosales centros de cómputo de la década del 70 hasta el smartphone que llevamos en el bolsillo, más poderoso que aquellos, son máquinas programables. Las primeras máquinas programables de la historia de la civilización.
Tal vez una vía de solución esté, como ensayaron los pioneros de la educación informática en la Argentina, en enseñarles a los chicos no ya cómo manejar éste o aquel programa, sino en cómo programar la máquina. Enseñarles a hablar con las computadoras. Enseñarles a programar. No tratamos aquí con el martillo o la pluma, sino con una herramienta que puede ser infinitas herramientas..

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